Una vez más, el hombre frente a sí mismo. Tanto más en la jovialidad ajena que en su soledad. A Hombre le ocurre entonces que no ve en tal jovialidad más que el síntoma del ingenuo, del insaciablemente frívolo. Hombre: de mente opacada por el vasto brillo de las sonrisas. (¿Qué sonrisas?). Sonrisas: su espejo. Sin ellos, no hay espejo. Ve en ellos el reflejo más cristalino de su mente; Hombre ora pretende su propia muerte, ora se extasía maravillado ante las ¿sonrisas? circundantes.
Semejante es el efecto del Otro, cuando tan multitudinario, en uno mismo; la fiesta es como la lupa que Arquímedes empleó en la quema de las naves, focalización extrema en uno mismo. Uno a flote, otro en varando. Pero en uno mismo, más que nunca. Tus gritos, mi yo mismo; tu fútbol, mi yo mismo; tus convencionalismos, mi yo mismo…
Y entonces, viniendo evocado desde las profundidades de esa opacidad mental, neblina opuesta al indescriptible fulgor externo, cual el reflejo en el coche que a uno lo hace estrellar, el anti-espejo: Soy un artistaaaaaaaaaaaaa…

Muerte ya no por consciencia de ahí afuera: por saturación de introspección. El Otro se convierte entonces en tal; deja de ser canal de uno mismo, y se convierte en puro y mero referente. Consciencia grupal, de que Hombre no puede escapar. Es insoslayable, de no brillar más que Samsara. (¿Qué sonrisas?).
¡Dónde!, pregunta entonces. ¡Dónde resido cuando el volante, la mirada aturdida y absurda, la risa aturdida y absurda, la conversación aturdida y absurda, la flor y la ¿sonrisa?! ¿A dónde váseme Hombre, que, incapaz de ejercer la ciencia de la soledad, oscila y se menea al son de las canciones de cosecha? Cosechando tu agujero. Cosechando tu agujero. ¡Y uno canta!: Cosechándolo en tu cara. Que no sé leer. Cosechándolo en tu cara. Que no sé leer. Hombre, rey de la algarabía; o bien la luz del gentío hunde el barco. Analfabeto y sordomudo: Hombre, en sí mismo deseo de muerte. Mas sigue agitándose, como la cola del lagarto. Borracha de sí misma. Cosechando nuestra muerte. Cosechando nuestra muerte.
La fiesta.
La fiesta.