Saṃsāra I

Puedan todos los seres tener la felicidad y las causas de la felicidad.
Puedan ellos estar libres del sufrimiento y las causas del sufrimiento.
Puedan ellos nunca separarse de la felicidad sin sufrimiento.
Puedan ellos permanecer en ecuanimidad, libres de parcialidad, apego y aversión.

Puedan todos los seres tener la felicidad y las causas de la felicidad.
Puedan ellos estar libres del sufrimiento y las causas del sufrimiento.
Puedan ellos nunca separarse de la felicidad sin sufrimiento.
Puedan ellos permanecer en ecuanimidad, libres de parcialidad, apego y aversión.

Puedan todos los seres tener la felicidad y las causas de la felicidad.
Puedan ellos estar libres del sufrimiento y las causas del sufrimiento.
Puedan ellos nunca separarse de la felicidad sin sufrimiento.
Puedan ellos permanecer en ecuanimidad, libres de parcialidad, apego y aversión
.

PRÓLOGO DE UN MUERTO ✞ 17/11/2021

ALEGRÍA DEL PLANETA: XXIX. UN INSTANTE

Con la alegría
del limón del estío,
aquellos pómulos marcados
danzaban soleados.
¿Los viste?
Eran reflejo
del no llegar yo
a dos lustros.

Acuático banquete
de aquel instante,
tornaron el pasado
que siempre es la aguja.
Feliz arremetí,
entonces,
contra el cielo;
y el viandante postrero
jocoso mirome,
cual a un loco
que del caluroso estío
se hacía el sustento.

Mas mi pensar
a la sazón
era en aquella.
¿Qué fue tras soles,
metales y esencias,
de tan resuelta:
llamémosla Ella?

Su belleza,
que de párvulo
daba agua a mis veranos,
¿cómo conservose
bajo el sagaz sombrero,
si vila,
en cantando,
estos años de incienso?

Un instante fue
motivo del poema:
uno solo,
porque su camino
discurre
por otra dehesa.
Dulce sea aquella
que yo le deseo,
pues merece un Sol
quien tras de sí mirome,
sublime,
aun recordando
tan familiares intentos.

Solo existe oportunidad una:
la lectura de ella
del estival concierto.
¡Qué maravilla
sería el mundo,
si la Grecia clásica,
a recitar,
volviera un segundo!

BICICLETAS SABIAS

— Joder, no cabe.
— Que sí cabe, coño.
— ¿No te estoy diciendo que no cabe, joder?
— Tira, cojones.
(Recojo el limón: me estremezco. Dulce).
— Vale, vamos a intentarlo de nuevo.
(Pasa, con su perfume, incluso volteando ligeramente la cabeza. Ciertas ondulaciones. ¿Es o no es? «Joder, esta camisa me queda de puta madre, ¿no?». Sigo).
— Joder, ¿no te he dicho que no cabe?
— No cabe, no. Vamos a tener que dejarla aquí en medio.
— Pues de puta madre.
(Metros, metros, metros).
— Me generaba energías negativas.
(Me río).

BICICLETAS ANTESANTES DE SABIAS

— A este el que le enseñé fui yo, y ahora míralo.
— Illo, pero es que tú eres un vago.
(Silencio).
— Estarás de coña: ¿eso levantas? ¿Eso levantas? ¿Eso levantas? ¿Eso levantas? ¿Eso levantas? ¿Eso levantas? ¿Eso levantas? ¿Eso levantas? ¿Eso levantas? ¿Eso levantas? ¿Eso levantas? ¿Eso levantas? ¿Eso levantas? ¿Eso levantas? ¿Eso levantas? ¿Eso levantas?
— Estaba calentando.
(Agarra la incomprensible máquina. La saca y la mete de allí a allá. Todo por sacar y meter).
— Bueno, eso ya está mejor. Mejor. Mejor. Mejor. Mejor. Bien. Mal. Bien. Mal. Bien. Mal. Mejor.

CÁLCULO INFINITESIMAL

— Illa, vámonos. Ya tenemos los palitos.
— Illa, pregúntale.
— Illa, ¿nos vamos?
— Illa, vámonos.
(Se van las illas. Cara de cordero aparentemente indemne. «A mi me da igual». Pero bien que miras…).
— El teorema de Lagrange resulta de una gran utilidad. Si no, fijaos en…
(Jugando).
— Illo, me siento mal.
— ¿Por qué?
— Ha sido una hora de puta mierda.
— Podrías hacer otras cosas, tío.
(Sonriendo, majo).
— Lo sé, soy un puto viciado.
(Mentalmente, yo).
— Atiendo, por compasión. No juego, por mala suerte. Leo, por evasión. Contemplo, por cobardía. No hablo, por super…
— Illa, vámonos. Ya tenemos los palitos.
— Illa, vámonos.
(Se van las illas. Falso, falso, falso, falso, ¿por qué no miras? Quieres mirar, estás deseando, pero no sabes, no sabes… Desaparecen por la puerta).
— Lo raro es que hasta ahora solo haya habido este error. Ya sabéis, jeje…
(Inmerso. El otro, inmerso. Sin esperanza, giros de torsión. Vamos. Mentalmente, yo).
— Nada:

Nos quedamos calladas. Yo estaba esperando que Ena me explicara algo. Ella, tal vez que hablara
yo. Pero sin saber por qué me pareció imposible comentar ya, con mi amiga, el mundo de la calle de
Aribau. Pensé que me iba a ser terriblemente penoso llevar a Ena delante de Román —«un violinista
célebre»— y presenciar la desilusión y la burla de sus ojos ante el aspecto descuidado de aquel
hombre. Tuve uno de esos momentos de desaliento y vergüenza tan frecuentes en la juventud, al
sentirme yo misma mal vestida, trascendiendo a lejía y áspero jabón de cocina junto al bien cortado
traje de Ena y al suave perfume de su cabello.
Ena me miraba. Recuerdo que me pareció un alivio enorme que en aquel momento tuviéramos que
entrar en clase.
—¡Espérame a la salida! —me gritó.
Yo me sentaba siempre en el último banco y a ella le reservaban un sitio sus amigos, en la primera
fila. Durante toda la explicación del profesor yo estuve con la imaginación perdida. Me juré que no
mezclaría aquellos dos mundos que se empezaban a destacar tan claramente en mi vida: el de mis
amistades de estudiante con su fácil cordialidad y el sucio y poco acogedor de mi casa. Mi deseo de
hablar de la música de Román, de la rojiza cabellera de Gloria, de mi pueril abuela vagando por la
noche como un fantasma, me pareció idiota. Aparte del encanto de vestir todo esto con hipótesis
fantásticas en largas conversaciones, sólo quedaba la realidad miserable que me había atormentado a
mi llegada y que sería la que Ena podría ver, si llegaba yo a presentarle a Román.
Así, en cuanto terminó la clase de aquel día me escabullí fuera de la universidad y corrí a mi casa
como si hubiera hecho algo malo, huyendo de la segura mirada de mi amiga…

— Por haberos quedado, os mereceréis otro palito, ¿no?
(Yéndome).
— ¿Apellido?
— Sdrojek.

LIBERALISMO

— ¿DNI? …
— ¿Nombre? …
— ¿Apellido? …
— ¿Edad? …
— ¿Ciudad? …
— ¿Nivel de renta? …
— ¿Gustos culinarios? …
— ¿Estudios? …
— ¿Idiomas? …
— ¿Pasatiempos? …
— ¿Cuánto vas al gimnasio por semana? …
— ¿Cuánto libros al mes? …
— ¿Cuánto follas por semana? …
— ¿Alguna curiosidad sobre ti?: No sé, me gusta ir al gimnasio. También me gustan las tías.
— ¿Definición de ti? No sé, me llamo … , estudio/trabajo … , sé … , me gusta … y me atraen las chicas que …

— ¿Apellido?
— Sdrojek.

SAN DIEGO

Sal de allí. Siéntete bien. Demuéstralo, cántalo. Escríbelo por WhatsApp a tus amigos: vanaglóriate. La jactancia te hace fuerte. No te vuelvas a tropezar. Yergue tu postura. Mira a esa joven. Piensa en qué comerás esta noche. No deste más con las tejas que tan absurdamente están dispuestas a esa altura. Réstete mayor espacio no caminando entre automóviles. Mira de nuevo tu bien logrado iPhone. Nuevas noticias: fue muy útil. Lee ese correo ahora, antes de llegar. Leído, disfruto de la adultez. Sonríe. Dite a ti mismo: «Esto es la buena vida». Repítete: «Así se siente ser adulto». Vuelve a mirar WhatsApp y dale a Información para ver si leyeron tu mensaje. No lo leyeron. Alégrate. Sigue. Contempla la noche y los árboles, las rejas y el parque. Los perros. Los pisos de protección oficial. Ve a comprar. El centro cívico donde personas mayores aprender a leer. A leer. A leer para: Calificaciones Practicas Quimica. Fisica. I. Gota a gota cae la mancha. / La mancha envenenada. / Enturbia el negro río de sangre, / cuyo vaho escarlata, hirviendo, / silencia el reloj maldito.

LA REGENTA

(Matemático y físico)
— Derivadas parciales en economía, lo nunca visto; en el libro de Juan Ramón Rallo. Incluso tiene aspecto amenazante y todo, mira.
— Bárbaro.
— Pero luego te encuentras con de lo que en realidad está hablando y es muy decepcionante.
— Oye, ¿y a qué se debe que empiece a meter derivadas ahí?
— No sé, pero vamos aquí se ve claramente que es solo para hacerse el guay, simplemente está hablando de la tasa de variación del precio de un pan y un roscón. Podría haberlo escrito con palabras perfectamente, pero claro, queda más guay.
(Químico)
— Hombre, las matemáticas son más elegantes, desde luego, aunque me gustaría ver si los economistas que lo lean son capaces de entender la derivada parcial que pone ahí.
— De todas formas, más que esto me ha sorprendido que en la primera página que he abierto hiciera uso de autovectores, autovalores y teoría de espacios vectoriales. Justo me encuentro estudiándolo desde hace una semana, que estoy hasta los santísimos cojones. Los autovalores me persiguen por todos lados, vamos.
(Diplomático)
— Hacedme administrador y dejaos de gilipolleces. Un euro en el chino, para meditar.

BARAKA ✞ 25/2/2022

Vida una. Vida otra. Va, ven, va, ven. La vida inmortal. Aspírala.

La vida huele
como la tierra mojada.
Solo un relámpago puede
hacer brotar
de su ritmo frenético
un neumático célere.

Aspirando entonces
su entropía
—cuasi cocainómana—,
en la ruptura masiva
del orden cósmico,
rodará
hasta la fugacidad
de todos Nosotros.

Por tendencia endotérmica
consumimos su mal,
extraemos
cuanto de esa tierra mojada y deyecta
poseemos,
y moldeamos quedamente
la figura de Dios.

La India, pues,
es objeto de olvido,
y el barro
de nuestras manos,
y el alquitrán
de carreteras y vidas nuestras,
y las flores de ellas surgidas,
y la melodía metálica
en primitivos impulsos:
todo conduce a la creación
del dios
que da sentido al terreno árido y baldío.
Cuando las lombrices
pudren
el cadáver que se acerca,
el abrazo al puente (¿genovés?)
es ya más pesado
que las ondas de Júpiter.

Y cuando
esas lombrices
salen
de esa tierra,
carcomiendo los barrotes alados de la paz,
los refugiados
mueren
al fuego de los tanques,
cuyo aroma a pólvora
y gasolina
inunda los pulmones
uralíticos
de los enamorados.

Y cuando el dorado de la manzana
se quiere morder
en templaria maquinación,
surge diabólicamente Helena,
y nos industrializa,
como al relato poco velocista.

Mas la Tierra putrefacta
sigue siéndolo
a ojos
de quien no olisquea el libro fatal
sino el lúgubre burdel;
ni a quien se descompone
al son del centelleo
que les trajo el vivir
en las farolas polvorientas.
Y, entonces,
no hay dios que valga,
ni ingenios de estiércol,
ni Helenas forjadas
en los altos hornos
del pensar ocioso.
(Ni tan siquiera
un volcán en erupción).

El tedio,
el hastío,
—o el nombre que el rey,
nunca tragado por dientes de leones o gigantes,
quiera dar al artificio estulto—,
lupanares titánicamente presentes
en la vida
del más pulcro,
arrollan entonces
solo
los claveles,
margaritas,
tulipanes
y rosas
de la superficie del mundo,
y sus murallas
de acero y carne
secularmente resistentes
al paso de la verdad.

Solo el casco y el misil
del engranaje sólidamente urdido
por el desconcierto entrópico
permiten
la cancelación,
la destrucción,
el exterminio,
el holocausto,
la explosión nuclear
de quienes su sombrero rinden
ante los brioches amargos
que preceden al diluvio.

«Yo. Yo. Yo. Yo. Yo.
Ella. Ella. Ella. Ella. Ella.
Amor. Amor. Amor. Amor. Amor.
Felicidad. Felicidad. Felicidad. Felicidad. Felicidad.
Motivación. Motivación. Motivación. Motivación. Motivación»
son los cánticos de la mentira;
de mi mentira del algodón,
dulce como esta acera cementada:
del imbécil cuya pluma bebe
del relámpago frenético
—que es un instante,
no como en Leningrado—,
y nunca de la llanta oxidada,
del vertedero kamikaze
o la fábrica infernal;
del atropello a unos y otros
entre los hornos y mataderos,
y los pilares comunes
sobre la tierra mojada.
Nunca escriben
sobre la vida,
porque la vida huele
como la tierra mojada.

ORDEN CARTUJA

— ¿Qué mierda de camisas son esas? Dudo que os dejen entrar.
— ¿Qué pasa con mi camisa?
— ¿Y con la mía?
— Pero si la mía es eléctrica y elegante.
— La tuya sí mola, pero las de estos tres dan pena.
(Chute de orgullo).

— Dudo que con esos botines te vayan a dejar pasar.
— ¿Por qué? No tengo zapatos más formales, cuestan un pastizal.
— Pues aquí hay un código de vestimenta.
(Agitación del egocentrismo).

— Es que no puedes bailar así, te van a echar si bailas así.
— ¿Qué cojones dices?
— Van a pesar que estás totalmente borracho.
— Pero si allí todo el mundo está borracho.
— Pero no bailan así.
— ¿Pero cómo bailo?
— Illo, haz lo que te dé la gana, pero no te extrañes de que no ligues.
— Pero si a mí me apetece bailar como me dé la gana, ¿qué?
— Es que allí no vas a hacer lo que te dé la gana, porque si no vas allí a ver cómo los demás se lían y tú te quedas mirando.
— Pues me da igual.
(Subidón egoísta).

— Camisa de rayas, pose chulesca, alcohol, entrarle a las tías: es pan comido.
— ¿Pero y cómo le entro?
— Pues vas y le dices cualquier cosa.
— ¿Cualquier cosa?
— Sí. Basta que vayas con seguridad.
— ¿Y si es falsa seguridad?
— Da lo mismo.
(Choque cobarde).

— Hola, ¡a ti te conozco!
— ¿A mí?
— Sí.
— Ah.
— Me llamo …
— Yo me llamo Cristian.
(Silencio).
— Venga, nos vemos, …
— Adiós, Cristian.
(Gran victoria).

— Llévame, llévame.
(Sonriendo).
— ¿Adónde quieres que te lleve?
— A Oriente.
— ¿A Oriente?
— A Oriente.
— ¿Por dónde se va a Oriente?
— No sé, Cristian, llévame a Oriente.

— ¿Los veis?
— A mí solo me salen de chicas fotografiadas en Rusia. Son guapísimas.
— ¿Qué narices?
(Recomendaciones. Recomendaciones. Recomendaciones).
Ser divertido siempre es positivo… si lo haces bien. ¿No sexo? Si a estas alturas no sabemos para qué existe Tinder…
— Pesaré entonces 70 kg. Si puedo. Para el Alba.

CARNE Y SILENCIO

— ¡No comes porque no te da la gana!
— ¡Cuándo van a hablar!
— ¡En los 40 tendrías que haber nacido, y se te quitaban las tonterías!
— Los seres humanos somos lo que somos gracias a las proteínas cárnicas: nuestro desarrollo cerebral habría sido imposible de haber sido herbívoros.
— Que ya me he enterado de que eres un monje muy tranquilo, joder, habla de una vez.
— Eso es contranatura…
— Habla, habla, habla, ¿para qué follar?
— Solo son tribus bailando, paisajes hermosos, tumbas y templos, ¿cuándo empieza lo bueno?
— Yo pienso en tu salud.
— Las plantas también son seres vivos.
— ¿Película meditativa? Paso
— Illo, estás perdiendo tu esencia, ¿te vas a convertir en un podemita de esos?
— Ten cuidado, no me gusta ese rumbo que estás tomando. Deberías dejar el budismo. ¿Te vas a poner a rezarle a Buda?
— ¡Estás loco! ¡Como que vas a dejar de comer pescado! ¿Entonces tú que vas a comer?
— El silencio no habla…

— ¿Apellidos?
— Sdrojek Mayorga

UTILIZA LA INFLACIÓN A TU FAVOR

  • Cómo ganar amigos e influir sobre las personas
  • Hábitos atómicos
  • El silencio habla
  • Hacia la paz interior
  • El yo y el ello
  • Del sentimiento trágico de la vida
  • El libro tibetano de los muertos
  • Sobre la vejez
  • El libro tibetano de la vida y la muerte
  • Ética a Nicómaco
  • Enseñanzas escogidas de Buda
  • Sobre la firmeza del sabio
  • El hombre más rico de Babilonia
  • Sobre la amistad
  • El hombre en busca de sentido
  • Crítica de la razón literaria
  • Las 48 leyes del poder
  • 21 lecciones para el siglo XXI

SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR

I filmed my body every day and this is what happened… Great photo taking, cute girl… I took her photo TEN years ago… But… Motocross… GirlChicks, Megan…

En esta Tierra Sagrada rodeada por montañas nevadas
Tú eres la fuente de todo beneficio y felicidad.
¡Oh! Poderoso Chenrezig Tenzin Gyatso,
permanece en este mundo hasta el fin del samsara.

Señor de la Palabra, descendiente de los Khon Celestiales de las
emanaciones mágicas, quien satisface a todos los seres con sus
actividades transcendentales a través del gran vehículo del Sutra y
Mantra; gloria radiante de gozo y gracia, tú que eres la Joya que colma los
deseos, permanece por mucho tiempo.

Ngawang, soberano de los diez bhumis,
Kunga Lodro, señor de los eruditos,
líder supremo que guía a los maestros sublimes,
Wangyal señor de Jinas, ¡por favor ten larga vida!

Por las bendiciones de las Tres Joyas.
Por el poder del Virtuoso,
Sostenedor del Dharma del linaje de Mañyushri, ten una vida larga.
Puedan tus actividades crecer como las del Buddha.

Puedan los Gurus disfrutar de una salud perfecta.
Puedan los Gurus vivir eternamente.
Puedan sus actividades crecer y propagarse.

Por favor, bendíceme para no separarme nunca de los Gurus.
Puedan sus vidas ser firmes como una montaña. Puedan sostener las enseñanzas tan vívidas como las estrellas. Pueda su fama y gloria extenderse a través del espacio. Pueda todo ser auspicioso.

Take great photos in Moscow, Russia…

(Ciclos, ciclos, ciclos… Renacerás…)
……………………………………………………………..

! La primera figura  es Mural of the Wheel of Life (Trongs Dzong) in Bhuthan con licencia Creative Commons

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