Saṃsāra III

Como la mañana y la noche, cuando el crepúsculo invade la arena seca: así; así se siente el ciclo de infinitas vueltas. En la inmensidad de un pequeño círculo en que se alojó un día el Universo. ¿Por qué…? Por qué… Pues toma el instrumento, hazlo sonar, como la primavera, serpiente reptando sobre la piel caliente. Te muerde como ese latir de Venus, símbolo de la putrefacción atmosférica. Se desliza como el giro que marea en un baile. Eriza como la inmensidad de la luz de un eclipse. ¿Te suena? Hazlo sonar… para pudrirte como él. Porque yo no sé. Yo ya no sé. Ni sabré. Solo seré. Será. No. Sí. No – hay- palabras. N. O. Ayy. Ayy. Ohh. Ohh. Ohhhhhh. Mm. Oh…

¿Se acabó para siempre el saber escribir? ¿Se acabó para siempre el querer hablar? ¿Se acabó para siempre la claridad mental?

Qué no acaba donde hay la secta religiosa. Qué no acaba donde hay susceptibilidad magnética. Qué no acaba donde el coeficiente de viscosidad queremos anularlo científicamente: ¿deseo?; ¿dónde…?: en la cristalera; ¿cuándo?: en los vidrios caídos; ¿cómo?: en el cuchillo en la garganta, en la inflamación pulmonar, ahogo ardiente, tendencia a la inmensidad y a la restricción suave. Luminosidad es dunas de arena y cielo búdico. Vacuidad es silencio, desenfado, sexo y astronomía. Paz es todo aquí, ahora, en mí.

El haz de luz hizo despertar a … Cada volumen infinitesimal de aire montando las células de sus fosas nasales, intensidad fugaz de meditación, esfuerzo o placer sideral. Ese plano oblicuo del sufrimiento en cada huequito de la persiana: cada dolor de dedos atravesando la puerta, invadiendo la paz del azul. Tú me entiendes. Tú me entiendes… Ofréceme el cuello. Su lado derecho. Hazme enloquecer. Yo enloquezco.

Humano. Es la última ocasión. Nunca habrá más. Serán los tambores que sonarán tras el acto solemne, solemnísimo consumado en la gota. Será el retumbar de la madera cayendo las lágrimas del dolor universal: cada pizca de brillo en los espejos, retorciéndose complacidos con el placer de la guerra. He ahí: he ahí donde se alcanzará la iluminación: ¡Esto, esto, todo para esto…!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Te voy a dar un consejo: ¿Quién va a darte consejos? Sería como si un ciego de nacimiento explicara a otro ciego de nacimiento cómo es ver… Como anhelar lo que se tiene solo por anhelar: por dar un golpe al aburrimiento. El no lograr lo logrado por pereza, por victimismo, por entretenimiento, por compensación. La pedestalización del escalón, de la pierna que delata el nerviosismo… Y sin embargo compensas igual, te felicitas tan poco, aspiras a tan poco, te conformas con tan poco… Con la podredumbre, la vida telúrica, el pescado por semanas marinado, la demostración de unas ideas… 

La aspiración de cuanto se ha purificado con el rozar táctil del piano, cual juez inocente: la motosierra de la disciplina, madrugando por la hendidura en el desierto ignorante habida: la humedad del río fluyendo como estas oraciones, muertas, sin esencia, objeto de la muestra de algo insatisfactorio. Sufrimiento. Y compararlo con el origen del Universo: ¡ay…! Ay… Una voz de ultratumba y primitiva sazonando la estancia sudorosa, par de trompetas con origen en las esferas celestes: ¡feliz comparación! ¡Ay…! El movimiento de planetas, electrones, neutrones, neutrinos: todos los contienes tú en la botella del oscilar ocioso, máquina inservible, solo destinada al destrozo del calcio. ¡Ay…! Como una y otra, como, como, como… Qué desperdicio y egoísmo.


No has hecho lo que debías hacer hoy. Te entorpeces y te entorpecen. Inútil. Procrastinador. Vago. Poco disciplinado. Poco responsable. ¿Qué haces ocioso mientras la mitad de la humanidad trabaja sin cesar para ganarse la comida día a día…? Desaprovechas tus oportunidades. Te crees muy intelectual, pero esto no es pensar. No haces nada. Solo quieres pasártelo bien. ¿Qué has hecho hoy? Esfúerzate. Trabaja. Algún día tendrá sus consecuencias. Sus frutos. Conseguirás cuanto te propones solamente si trabajas duro. Yergue tu espalda y muestra confianza… ¡qué, si no la tienes! Eso es porque no te esfuerzas lo suficiente. Así no vas a lograr las grandes cosas. Trabaja. Sí… Sí… Sí…

N…

Primero cubre tus necesidades. Ya después podrás alcanzar la iluminación, … ¿Qué vas a hacer sin unos estudios, un buen trabajo, una mujer, sin haber vivido la vida un tiempo…? Ya tendrás tiempo de alcanzar la iluminación, … , ya tendrás tiempo… Eres demasiado joven. No desperdicies tu vida. Trabaja, pero disfruta. Pero trabaja. Pero disfruta. Pero trabaja. Pero disfruta. Si sufres, ya dejarás, ya dejarás… Tienes que estar bien en esta vida para poder elevarte a otra… 

Ya. Claro.

Quedan tres horas.

Quedan cinco días.

Quedan doce días.

Quedan dos meses.

Quedan cuatro meses.

Quedan ocho meses.

Queda año y medio.

Quedan cuatro años.

Quedan diecisiete años.

Quedan cuarenta años.

Quedan setenta años.

Queda… 

— No tienes autoestima. Voy a ayudarte.

— Desde que estás aquí no puedo concentrarme.

— Tu padre es un cabrón, aquí estarás bien, tranquilo.

— Estoy hasta los cojones. La semana que viene te vas con tu padre.

— Hace dos semanas que no medito.

— Justo desde cuando yo vine.

— Qué va, no tiene nada que ver.

— Estoy harto de que nadie tenga sentimientos religiosos.

— Tu forma de contemplar la religión me repugna.

— Todavía es pequeño, tengo que tratarle con delicadeza porque casi todo puede afectarle mucho.

— Niño, te lo tienes muy creído. Eres imbécil, deja de creerte tan chulo.

— A ti te respeto mucho.

— Actúas como un mono.

— Es muy apuesto.

— Es patético. Y egoísta.

— Que sepas que durante la adolescencia una sana autoestima es muy importante. Para ello debes cultivar la paz mental, valorar tus cualidades internas, tu potencial de cambio y tomar acción siempre.

— Pero si tú te quieres muy poco a ti mismo.

— Visualízate en el momento previo a tu muerte. ¿Crees que en ese momento valorarías positivamente esto que ahora mismo haces…?

— Rimpoché, mira qué pulcro y limpio lo tienen todo en Occidente. Incluso donde depositan los cadáveres son lugares inmaculados.

—Es verdad: se trata este de un país muy civilizado. Tienen unas moradas maravillosas para los cadáveres de los muertos. Pero ¿no te has fijado? Tienen moradas igual de hermosas para los cadáveres de los vivos.

— Estás haciendo la limpieza de la casa en sueños: deja de llenar tu vida de responsabilidades fútiles…

— A veces pienso que el mayor logro de la cultura moderna es su brillante manera de vender las bondades del Samsara y sus distracciones estériles. ¿No es cierto, querido Fedro?

— Lo es, querido Sócrates…

— Y dime qué opinas de esto: hipnotizados por la enorme variedad de percepciones, los seres vagan perdidos sin fin en el círculo vicioso del Samsara.

— Hablas bellamente, Sócrates…

— Hacer planes para el futuro es como ir a pescar en el cauce seco de un torrente; nada sale jamás como hubieras deseado.

— Mañana o la próxima vida; nunca sabemos qué llegará primero.

Tomarse en serio. Tomarse en serio… 

Entonces, ¿es la religión la solución? ¿La solución a qué, exactamente? ¿Cuál es el problema que ser solucionado? En qué mundo vivirían Nietzsche y Unamuno, pensaba yo. En qué mundo. En qué mundo Kant y Spinoza. Siempre los mismos personajes. Yo sí quiero morir para siempre. Yo no quiero el eterno retorno. No seré un superhombre, no… Seré un iluminado. 

Tomo refugio en el Buddha, el Dharma y la Sangha hasta alcanzar la perfección. Lograré la iluminación para el beneficio de todos los seres, con el mérito de las acciones generosas y las demás virtudes.

Philip Glass – Chinese Invade (Kundun)

Philip Glass – Escape to India (Kundun)

La religión no es ninguna esperanza. ¿Nihilismo? ¿Existencialismo? Qué. Qué. No es que no sea nada. No es que sea la existencia. Definitivamente el Samsara es. Pero no es el ser de la existencia. Existir profundamente: sí, esto son palabras, mas existir profundamente es muy distinto a todo esto. Aunque sea inevitable. El opio… El opio… En listas, como las de Auschwitz. Códigos, como en una cárcel. Contraseñas, como entre sicarios. Mentiras, como entre ladrones. Exageraciones, como entre dementes. Charlatanería, como entre estafadores. Esfuerzo, como entre guerreros.

    Del Samsara predicamos solo comparaciones y más comparaciones. Mas ¿con qué? ¿De dónde este pesimismo? Por qué… Solo por el efecto catártico. Y acá, de forma escrita y de mala manera, en un día en que procuro compensar mis propias carencias rellenando el tiempo de algún modo, procuro mostrar una verdad universal que purifique el alma de todos los seres: ¡qué ingenuidad! Porque llegó la hora de dejar de ser niños. Llegó la hora…

Por qué soy así. Por qué no veo esto alrededor mía. Y a la vez lo veo. Son solo palabras soltadas al viento, por divertimento, que no verdades, sino a medias. Es capricho. Justificación. Aceptación. Budismo no es pesimismo, no es crítica, no es anti-aceptación, sino lo opuesto. No es abrazar el Samsara, pero tampoco rechazarlo. No es la prédica: dejemos eso al mísero Buda y a los Lamas que así hubieran de hacerlo. Es un camino individual. Quizá egoísta, pero, para qué atormentarnos con eso habiendo guerras en el mundo, violaciones, homicidios, mataderos, robos y en general una enorme maldad, por mera banalidad. ¿Qué, con dotar de ese aura de importancia a lo malvado, si surge de la inconsciencia? Sería como pedir a un ciego de nacimiento… Que no seduzca a nadie el aura de nada.

… 

Puedan todos los seres tener la felicidad y las causas de la felicidad.

Puedan ellos estar libres de sufrimiento y las causas del sufrimiento.

Puedan ellos nunca separarse del felicidad ni sufrir.

Puedan ellos permanecer en ecuanimidad, libres de parcialidad, apego y aversión.

Al final son todo palabras. Todo se queda en palabras cuando uno no se compromete. Pero el compromiso, a medida de su importancia. Y no me importan críticas intelectualoides. Vivir para el postureo intelectual es un mero pasatiempos. ¿Qué no es un pasatiempos…? Vivir el tiempo y el espacio mismos, sin atención puesta además a cosa alguna. Vivir cada experiencia en su momento presente. Lo perogrullesco no es por ello menos cierto. Lo sofisticado no comporta verdad ni sabiduría. Así de simple.

Tan Samsara es la vida hedonista como la vida moralista. No se reivindica la moral como objetivo. La moral no es nada. El objetivo es la genuina dicha, queramos expresarla como queramos expresarla. Ni estados místicos derivados de una repetición (verbal ni musical como pretendiose en las tres entradas aquí dedicadas al Samsara), ni la compasión por la compasión. De nuevo: puede decirse egoísta. Las estrellas no dejan de iluminar nuestros cielos por mucho que no existan por y para nosotros… Las estrellas no fueron para que nosotros fuéramos, y sin embargo estamos vivos gracias a ellas, de no ser que pudiera ser cierta una forma de vida solo compuesta de hidrógeno: los iluminados serán como las estrellas, no como las naciones. Bendiciones. Bendiciones. Bendiciones.

1/5

Ocurrió como sigue, querido compañero: un sinfín de estrellitas, cada una perla de su propia frecuencia, bombardearon el vacío nocturno de la congestión ya conocida. Pues es fragilidad consabida la del fermento fútil, el esfuerzo fácil en la colcha quizás dorada, quizás tan gris como esta caída que inunda mis ojos; respira, respira. Maguer quizás no sea espejo del fueguecito del ir fuerte, un recuerdo del posible toro: mero yo, yo. No, no suena tan bien esa música donde hay la valla rojiza, de lindes empleadas día y noche. Pues como cuencos caen resonando sobre otra azotea. Así, lo que en un comienzo era la mariposa industrial, como la ingenuidad impetuosa, se torna en arrastre tan oscuro, columna marchita, besos tan formales, naranja del no va a más, porque, ¿cómo? Lo que era el olor redondo, neumáticos cuasi obtusos, tórnase en pura respiración de la ciudad en la noche, policía en la esquina del suburbio. Muros trepando mi garganta, confesión de la toga no tan antigua: ¡por qué…! Dónde, dónde reside entonces la noche estrellada cierta, no el ataque mísero de la obra de arte.

    ¿De veras estás seguro…? 
    «Te voy a dar un consejo: ¿Quién va a darte consejos? Sería como si un ciego de nacimiento explicara a otro ciego de nacimiento cómo es ver…».

    ¿De veras estás seguro…? 

    «Como anhelar lo que se tiene solo por anhelar: por dar un golpe al aburrimiento. El no lograr lo logrado por pereza, por victimismo, por entretenimiento, por compensación»

    ¿De veras estás seguro…? 

    «La pedestalización del escalón, de la pierna que delata el nerviosismo… Y sin embargo compensas igual, te felicitas tan poco, aspiras a tan poco, te conformas con tan poco… Con la podredumbre, la vida telúrica, el pescado por semanas marinado, la demostración de unas ideas…». 

    ¿De veras estás seguro…? 

30/4

Un brillo en el agitar del furgón en la arena, porque sí es la toalla, pero ¿cuándo tomas el ojo izquierdo?, no, porque es sí, ella, ella, ella, pues la distensión no es como en el multicolor animalesco como fuéralo en el camión de cemento girando tan alegre, oh, qué alegre y es familia y todo lo que quise; pues está en mis brazos y son innecesarios, solo pueden hacer daño, porque palabras, palabras, absurdas conjunciones, aunque me recuerda a la búsqueda del instituto tan blanco. No obstante, ni la línea, habida cuenta del pelo tan frondoso tan no liso, tan liso, tanto gafas tanto no gafas tanto macho en tronco otro, otro. De ahí que el giro sea la esperanza donde acaba justo al empezar, exactamente igual al río nocturno: ¿por qué no…? si era el gran momento, deseado, deseado, no, ese no, pero no vives el presente, escucha y observa el caminar y regresa a la toalla. Pues fue ilusión efectiva de un momento el entumecimiento, sonidos flotantes que nunca hubo donde risas y recordamos ese lunar: ¡qué lunar! No, ese no, otro. Ese otro. Cada paso que doy es un fallo para usted, usted, usted. Y acabó ahí la estética en el florecimiento artístico, pero como aunque sin embargo deseabas la desilusión de la cerveza, barriga putrefacta, no pude el oscilar no frecuencial tanto como metálico del ayer en el comentario repugnante que levantaba la mirada del obsesionado: pupitre sediento de una vuelta culminada en esperar infinito; ¿qué dudas hay en el verde?, si, total, es levantamiento tan ardiente, oh, oh, oh. Esquina de albero.

    ¿De veras estás seguro…? 

28/4 = 7

La no esperanza la desconfianza en Samsara el Mira cómo desespera en la esquina no hay foto solo hay esfumarse no Circos de papel Gafas de la ciencia Elegancia del no ser Vuelta Vuelta Gran día Veintiocho Teorema de Cayley explícame el así es la esperanza tómala en el oscilar y el pelo quizás llegue No no llega nunca Cuentas como compensación El azul el dorado el sobre la base del pequeño ser castaño Observa esas casetas casi son buques sin vela dispuestos al más puro estilo tibetano Huele huele Samsara nuevamente observa la novedad nadie Nadie solo nadie Y sí y sí y no mí Mas así Dite qué más da Ojo el lugar frondoso algo de verde Quizás en un espacio así ocurriera otrora el Pero no sabemos Pero qué Paso Antes llega el asesinato de carne como en cuatro días No Es increíble Llega llega Observa Qué seguridad Y a la par ninguna Toma la cintura del universo en tu mente contenida No estás aquí estás en tu mente perdido como Y ellos Ellos dan igual por qué ibas a Mira qué lindura No te contentes Eso es Samsara Esto es perfección Es belleza Ante todo Y ella Y ella Y ella Y ella Y ella Y ella Y acabose No acabose evidentemente comenzose Un puntito deshaciéndose en el mar como ave blanca desprendiéndose de sus plumas en la tierra batida rayas rojas Menos Menos no lo creía no me importa Macarrones de periódico Si vuelves al pasado no te encierres dentro Es el vestido más virgen que puedes vestir Suéltalo El tiempo fuese Negrura entonces tornada en sala no habida entre socialistas Ámbito a copiar en años Por qué no Extraña sensación ante la silla perpetua pardiez Decepción parcial en la investigación qué fue aquello no lo entiendo Pero las perlas azules surgen donde Me recuerdas a ayer Me recuerdas a otro tiempo pero mejorado No no recuerdas eres Eres No Lo que hicimos Un par pero no funciona aunque el mirar era distinto Samsara parece funcionar en el discurso del Nunca tuve esto esto fue increíble gracias por hacerlo posible No entiendo nada Por qué no nos vamos a Oriente El Oriente es silencio Claro que es silencio adiós eso quizá fue falsedad No lo entiendo acabé procurando convenciendo de Samsara Eso fue traba que Ahora destruimos el arrastre del no ya albero Aquel día fue luminoso como giros tan blancos en la manta qué de seda pero teñida de ojos también rojos siempre rojos por qué no entiendo y olores redondos no entiendo como dentro de cuatro A las cuatro no a las cuatro no nos vamos porque a las cuatro nos vamos y Samsara alimenta el robo Fui

    ¿De veras estás seguro…? 

26/4

Te verás como cuanto observas llamando la atención en pocas noches. Pobre autoestima, señorita criticada del presunto sabio. Dolor narrado en el veintiocho: por qué no. Qué lenguaje más absurdo. Corazón latiendo, piel temblorosa, músculos y huesos doliendo por la presión, pseudo-amor consumado en una respiración que procura controlar la brisa entre los pinos. Se pudo. Y cuida de su persona en esas pequeñas montañas donde no se las esperaba. El roce de una ambulancia entre las dos cumbres que hoy extrañaron a la otra persona. La ascensión de quien se aprovecha de la madre, usar el momento para un agradecimiento, vomitiva estrategia. Pero se hizo, y fue mejor que no hacerlo, bordillo que dejará siempre su huella en la estrenada prenda. Casa libre no empleada en función alguna, triste solaz del diablo trabajólico allí mismo donde sorbe la rutina de cada copa administrada a la ingenuidad. Que rebose en otra cruz: las prisas inducidas solo brillan una vez al año. Todo cambia ante un evento… Sirenas. Piensas en el futuro ya pasado, hombre, retorna al azul que ya olvidas para siempre.

    ¿De veras estás seguro…? 

25/4

«Una voz de ultratumba y primitiva sazonando la estancia sudorosa, par de trompetas con origen en las esferas celestes: ¡feliz comparación! ¡Ay…! El movimiento de planetas, electrones, neutrones, neutrinos: todos los contienes tú en la botella del oscilar ocioso, máquina inservible, solo destinada al destrozo del calcio. ¡Ay…! Como una y otra, como, como, como… Qué desperdicio y egoísmo«.

Lo estoy: No por saber se tiene la sabiduría. 

A ti… A ti…

Te quiero como a nadie en el mundo, centinela de este hermoso templo… Gracias por todo. Gracias.

Rodrigo Leão – Ascensão

Rodrigo Leão – Carpe Diem

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