Sueños.

Fin de año: Hombres, mujeres, ascensor, orines, dos mujeres, loco, horror, horca, preludio romántico. Setas, fin del mundo, Stravinsky, movimientos en tienda de ropa, … ¡Bravo! ¡Feria! Oh, y cómo despiertas en la mañana después del sexo en el vuelo sobre la ventana, andas, andas y observas: te fijaste en las ruedas, sí, en las hojas, en la oscuridad, en el pasado de la anatomía, como el rodar silencioso de la esquina. Te despiertas en el bus, cascos puestos, rojos, quizás amando. No, no, más bien es pliegue montañoso, asfalto con el rocío de la mañana: ¿era otoño, primavera o invierno? ¿Fue antes o después? Yo no sé, yo no recuerdo, yo aquello no lo viví. ¿Quizás anzuelo? No, eso fue anteayer. Anteayer. Nunca más. Anteayer, disuelto cual pervivir milmillonario de una estrella. Como tú explotarás. Edificio que se disuelve ladrillo a ladrillo, Picasso cayendo, antiguas memorias, como Nueva York. Y cuanto ocurrió antes de que yo naciera, ¿ocurrió? ¿Ocurrió? ¿Por qué no es solo un cuento que me he creído? ¿Mis padres vivieron antes de que yo viviera? ¿Y qué prueba tengo? Qué prueba… Esos ladrillos cayeron tanto como cayeron las Torres Gemelas. Esa noche ocurrió tanto como la de San Bartolomé. ¿Y no eran católicos…? ¿Y no eran católicos…? Si yo lo viví. ¿Cómo no eran católicos?

Ética: Se levanta, erizándose la piel, cuerpo estremecido, nudo en la garganta, nudo para atar bien la mesa al suelo: verdor que oscila como bandas de laboratorio, corazón abalanzado, sillas insuficientes, pila, círculos, yo, yo, yo, yo, yo y Spinoza, mira cómo escribe: para y observa, el arrastre mecánico sobre la superficie. ¿Qué pasaría si Dios viniera y se camuflara entre los estudiantes? ¿Entre las estudiantes? Diente de la resonancia: infinito, todo el infinito es el presente. ¿Qué estás haciendo con tu vida? ¿Qué haces leyendo sobre la sustancia teniéndola delante? ¿Qué haces bebiendo de demostraciones del ser en su máxima expresión con el mundo entero representado en cuatro paredes, dos ojos, una boca? Lee, lee, como la fuente aquella misma noche, Luna llena podrida en el desván mientras el ordenador pervivía, sí, como las estrellas, donde la infinitud de los pájaros y el agua corriendo residían en dos orejas. Sueño o realidad, sueño o realidad: el sueño del que nos borraran, por qué no, la memoria. A ti y a mí, querido ser humano. De dónde salimos si no. Bah, ética. Lope de Vega, Bécquer, muertos, glorieta que rebosa de memorias ocurridas, futuro y pasado mezclados en el deseo de la vida: danza frenética en torno al Estanque de los Lotos, plácida sonrisa, tierno beso lanzado al aire de diez metros, pollitos: qué hermosura; luego (¿recuerdas?) los comías. ¿Alguna vez comiste un cadáver? ¿Alguna vez descuartizaron para ti un pollo, una inocente ternera, un pececillo? Son sueños. Sueños. Nunca asesinaron para ti. Nunca.

Diario de muertos:

2020

Pues arranqué el año, creo, con la autoestima más
alta de cuando acabo, y no la autoestima solo, sino lo que arrastra de ego,
vanidad, jactancia y demás. Y acabo, como digo, siendo menos de todo aquello,
aunque esto viene siendo así de hace mucho que voy reprimiendo estos instintos,
aunque quizá sí haya siempre sabídolo mas poco puéstolo en práctica, y este año
un poco más, aunque no demasiado, he de decir.

Tantos sueños que se me fueron… Oh… yo te
quiero, dama inventada de mi sueño… Y un poema te dedicaría si me escucharas esta
noche: que te amo porque amaba el amar, y fuiste el amor de mi amor que amé por
amar… Que no muy en serio me tomes, que ni enamorado
estoy: la amo, mas, ¿cuánto? Amor, palabra, ¿amor? Qué fea que es, la palabra, digo,
así vista: ¿A m o r? Bien pudiera ser otra más… Oh… Y qué de muerte… ¡Oh, qué palabra! M u e r t e, ¿qué, no tiene significado en sí? Oh…

No debiera ver aquello como tiempo perdido…

Recuerdo que la última vez que lloré de verdad en
mi vida fue por…

Cuando algo se va, nunca vuelve en su versión
original.

Hoy ha sido brutal lo que he avanzado, y he
aplanado el terreno para los próximos días, aunque a costa del día de hoy,
ciertamente.

Pero es, además, el ver en el muerto ya una persona diferente a en vida, es decir, es un ver «los que quedamos», y un ver a aquel como que ya pasó, que ya conoce lo que tú no, que ya es más sabio que toda la humanidad… Nos veo ahora una indefensión en vida: «los que quedamos», que no veré cuando hayamos muerto, pues entonces estará uno allá, si hay allá; y ya sabes que la muerte de otros te hizo y hace a
ti, que no has de sufrir, pues, que aquello es natural y parte de la vida.

Y tal como lo hacía sí con todos… Y repito, la
mañana allá, que mañana también iré, pues aquella vida será triste, y ahora, de
noche, no quiero ni imaginarle…

Piano…

Y vegetariano pensé en convertirme. 

Así es… Cristian Sdrojek Mayorga… Qué obsesión
conmigo mismo la mía. Pero dejará de ser. Confía. Y no te hablo ya para que me
respondas porque estoy muerto. ¡Joder! ¡Muerto!

¡Sí, joder, estás loco, no haces más que hablar
contigo! ¿Y acaso no es esta la vida que quiero? No solo… El último día de mi
vida fue hoy. Y me moveré, Cristian. Si no, seré movido. El inútil amor con
sí… ¿será hecho? Qué inutilidad. ¡Deje los deseos, que ese sí que es
analcanzable! ¡Joder, y qué decir de las previsiones! Qué horror. ¿Estadística?

2021

Al ver que alguien me tomaba en serio, me… 
¿Ves este nombre escrito? ¿Qué te inspira? Lejanía. 
Baste correr un tupido velo
sobre ello. Baste con eso, en efecto.
¿Encontraron en el virus el sentido a su vida? 
El poeta tiene la habilidad
de centrarse en el presente. 
Deja, pues, de
ridiculizarte diciendo que no consigues lo que te propones, y consíguelo, o, a
lo sumo, que si no lo consigues, no sea porque no dieras lo que habías de dar
de ti.

Y no es más que signo de
que estoy acabando ya toda una etapa, y que entraré en una más corta si cabe,
tanto en cantidad como en percepción, probablemente.

Vuelvo a tomarme en serio
el diario de sueños.

Porque siendo mi vida como
es y tal, y siendo que me creía con pensamientos suicidas, cuando ni toqueme en
vida cuerpo mío en momento alguno, ni fui masoquista jamás como a veces quiero
creer, cuando en verdad los hay de veras en más cantidad de lo que parece…
Digo, pues, que sobredimensiono estos asuntos, empezando por el mero hecho de
que mi vida es tan buena en sí misma, que si pásanseme por la cabeza
determinadas malas ideas en ocasiones, ¿qué no se le va a pasar, y qué no harán
los que no tengan tan buena vida ni tanto control sobre sí mismos?

Esta noche tuve
numerosísimos sueños, pero no me tomé la molestia de, cada vez que recordara
uno, apuntarlo. Al contrario, solo recuerdo uno de ellos. Y fue bello. 

Escribir una carta de amor
es ridículo, porque si no fuera ridícula, no sería una carta de amor.

Se trata de establecer
generalidades aristotélicas. 

Un día: Mi vida. Mi vida se
consume. De nuevo me toca a mí. ¿Para qué esperar? ¿Para qué esperar a morir,
entonces, no? Y que se acabe todo esto. Que se acabe esta historia que solo
depende de mí. Porque vivir es la inercia. Es la forma de inercia nihilista más
absoluta. Es la forma de sinsentido más… ¿Y el surgir de la materia? El
surgir de la materia es otro sinsentido. Las asimetrías, ¿no? Con que las
asimetrías. Las asimetrías. ¿Las asimetrías? ¿Y acaso la realidad es simétrica?
¿O la realidad estriba en esa asimetría? ¿O todo esto es una bobada más
surgida de mi intelecto? Nada sé… Nada… ¿y mi intelecto? Hablamos de
milagros. ¡Hablamos de los 3 milagros! ¿Y no es cada instante un milagro?
¿Por qué no deja ahora de funcionar la ley de la gravedad? ¿Qué tipo de
necesidad existe en…? Estoy harto. Quiero ver la
realidad tal cual es… Ya ha pasado todo. Pasó la
peor parte. Sí. Pasó. Ya pasó… Y es curioso, porque… ¡la recordarás! Porque
recordarás idealizándolo todo… Porque… ¡porque todo eso
era una tontería! Porque todo eso era la parte fácil. Porque todo eso luego no
se lleva a efecto con quien no se deja llevar. Porque incluso quien quiere dejarse llevar… ¡no lo hace! No lo hace… No lo hace por la
inercia… Hay que generar unas
determinadas expectativas respecto de mi futuro. No te aporta nada.
Francamente. Ni yo tampoco pude aportar demasiado… ¡Ahí fue cuando vi yo ya lo
mucho que echaba en falta tomarme las cosas en serio! Pero me advierten de no quedarme con las ganas. Fue anteayer. Pero para ti hará mil… o
diez mil… Porque ese día no se repetirá… Y ya te describí que en estándolo
viviéndolo… ¡no es ya que no lo valorara, sino que no lo sentí, por estar más
atento a mí mismo que a todo lo demás…!

2022

Una noche que cíclicamente convergía a dos ideas: la meditación~espiritualidad y Carpe diem, melodía de la que procuraba deshacerme una y otra vez. 

Y entonces nunca estaré preparado para ese salto que requiere este instinto natural.

Cierto es que ya comprendí hace pocos días que tan rápido como se recae puede uno recuperarse, pero, ahora mismo, a mi ego le costaría enfrentarse al espejo que ponen frente a nosotros…

Las esperanzas de un yo con autoestima inspiran un futuro mucho más interesante que las de un yo explotado productivamente.

A mí me trataba como a un imbécil, como a un estúpido, pero a la vez se podría decir que me trataba como si procurara seducirme.

Es un pronominal inquietante, porque casi parece un reflexivo. 

La fantasía. La fantasía.

Lo que sí te digo es que son estos días, los frágiles, en los que uno siente necesitar una motivación para seguir adelante mientras ve que…

2023

Frustración… Pero el pasado no me define. Y punto.

Nosotros tampoco podemos explicar la existencia de los virus ni ninguna enfermedad que nos aflige, en tanto que no somos capaces de ni siquiera definir el simple sentido de la materia o de la vida. El mero hecho de que todo sea tan extraño a uno debería cuanto menos hacerle dudar. ¿De veras las cosas se formularon de forma tan rara que no puede explicarse con concepto alguno la esencia de la realidad…? Parece como si alguien nos hubiera puesto un velo a propósito… 

¿Por qué me acaba atrayendo más esa suerte de personas? ¿Qué suerte de personas…? Es todo prejuicio y etiquetado. Va, no merece la pena pensar sobre eso. Ni tiene importancia. Nada de ayer tiene importancia, ni de ningún día. ¿Que iba a decir que solo el sufrimiento tiene importancia…? ¡No! No, no y no. La importancia es un concepto inmerso en el relativismo de todo concepto: solo importa el universo en sí mismo, la verdad pura… Pero hay tanta diferencia entre la hermosura y la no hermosura…

El arte también distorsiona la verdad, exalta el Samsara, aunque a la par conecta con la verdad extrañamente. ¿Pero qué verdad…? Siempre lo mismo. Si la verdad es un estado sublime de extraña configuración química cerebral, ¡no! Por eso verdad no es misticismo. Es disociación de las ataduras. 

Pero resulta el asunto excepcional. En el sueño, aquel día es la primera vez que la conozco, o sea, nunca antes la había visto. En ese momento pienso: «El instante inicial en el que dos personas se conocen es tan importante… y yo siempre lo hago tan mal…».

¿… Por qué no iba a ser aceptada la intervención «física» de un agente distinto de todo esto? Distinto del «azar». Y esto sugiere otro problema, por cierto. ¿Por qué el azar? ¿Por qué el azar como principio de tantos fenómenos físicos?: porque con azar llamamos a los errores que cometemos y a las cosas que desconocemos. El movimiento de un electrón en el átomo: ¿al azar? Ya, sí, claro. Tan al azar es todo que el tiempo y el espacio están ahí siempre, no de manera azarosa. ¿Por qué esos sí son necesarios? ¿Por «azar»? 

Casi es como si estuvieran experimentando conmigo. ¿Estarán experimentando conmigo? Una suerte de simulación, claro. El problema es que seguiría persistiendo la pregunta de: ¿y por qué existen ellos? O esa divinidad o justicia que todo lo rige. O de veras son consecuencia de mis actos… Pero entonces y las casualidades… Y también puede tener algo de verdadero cuanto parecen sentir las personas poseídas por alguna suerte de ente espiritual.

Cómo conciliar el camino espiritual y toda la importancia que le da al amor con que los demás fueran proyección de uno mismo… En realidad, esto último no es más que una forma conceptual de expresar uno de los extremos. Realmente es claro, intuitivo, como una intuición moral de que hay que hacer el bien, el que la cuestión resida en medio. Ni ellos no existen, ni existen completamente. Ni yo existo, ni no existo completamente. Es todo así. Es todo una mezcla. ¿Para qué buscar entonces explicaciones conceptuales como que nos borraron la memoria a todos los humanos para a saber qué…? Entonces seguiría existiendo la duda de por qué existe el mundo. Todo seguiría siendo raro. No solucionaría nada.

¿Y de veras se puede quedar uno tan pancho diciendo que todo existió siempre…? ¿De verdad no les parece lógico que debería haber un no ser en lugar de un ser? Pero a su vez, cuando pienso en un no ser, de alguna forma pienso en el ser vacío, que es. Remontarse al no ser absoluto es… Es completamente imposible. Sin espacio ni tiempo. Porque si existiera, sí, un espacio vacío infinito en el tiempo, seguiría uno preguntándose de dónde surgió. Pero es que el extremo contrario del no ser absoluto ni siquiera puede ser concebido.

Presente: Todo lo es este par de velas. Y sin embargo nos ponemos las gafas de una melodía triste, una pantalla brillante. El sentimiento de una extrema importancia. El tecleo célere de las letras. El encubrir ese leve roce en forma de malestar, a la vez que placer, en la mordida del cuello. No lo había pensado, pero es como un tímido orgasmo que duele. Como la respiración de… ¡Ayer! Es el brillo de los faros de los coches, la tonalidad del cielo, la brisa en la cara, la estimulación corporal, la esquina extraña, el silbido extravagante, la risa por la risa ajena. ¿A qué le llamas tú presente, si no es a esto?

    Presente también es el fluir del aire, delicioso, puro, como una comida exótica, nunca probada, hacia las fosas nasales. Una vibración cerebral que evoca a la canela, la leche, las flores, la enfermedad, el azúcar, el placer: el aire tiene tantas tonalidades… ¿Has reparado en ello? Y en el cuerpo ocurren tantas cosas extrañas…: pequeñas cadenas, cuerdas, cataratas, pinchazos, corazoncitos, ahogos, baile del aire como sobre el ala de un avión, presión casi no percibida, transporte afuera de uno mismo, electricidad recorriendo la piel, magnetismo entre cada par de células…: ¡tantas tonalidades! No todo es orgasmos o dolor. El presente del cuerpo es más rico que todo eso que parece brillar en nuestra mente y ahí fuera.

    Y el silencio… Qué amigo más olvidado. Qué desprecio. Acabamos omitiéndolo siempre. Sentir el silencio es sentir el universo entero, la realidad más pura, la sencillez extrema. Tus pensamientos lo sacan a patadas. Las palabras, le escupen. La música, lo margina. Pero él es el presente. Donde hay griterío, algarabía; donde hay instrumentos y canciones inhumanas; donde un timbre banal arruina la expectativa que teníamos de una persona; en todos esos casos, escucha al silencio. El silencio está ahí. Como tu respiración. Solo búscalo.

    El silencio nos aleja del futuro y del pasado. Nos ancla a la realidad. Hace olvidar recuerdos, anhelos, sueños y pesadillas. Bajo su filtro, todos pasan al mismo saco. El presente por un lado, y por el otro, todo lo demás. La vigilancia es difícil. Casi tan difícil como cerciorarte de que estás en un sueño mientras lo estás viviendo…

«… aire puro y fresco. Al exhalar, soltamos una nube gris con todo el malestar, toda la rigidez, todas las toxinas, pesadillas, temores y sufrimiento… Sí, no digas que son tonterías. Esto eres tú y solo tú. Y solo tú puedes controlarlo. Solo tú…». ¿Así, así se lo diría? No, quizás mejor…  «… aire puro y fresco. Al exhalar, suelta esa nube gris que contiene todo el malestar, toda la rigidez, todas las toxinas, pesadillas, temores y sufrimiento… Tú tienes el control sobre tu mente, y puedes decidir qué hacer con ella…». No, no me gusta, mejor: «… aire puro y fresco, que ilumina todo tu ser. Cuando exhales, siente cómo te liberas de todas las ataduras mundanas. Solo tú escoges qué se queda en tu mente y qué no…». ¡Tampoco, maldito sea! «… aire puro y fresco, que relaja y tranquiliza todo el cuerpo. Al exhalar, percibes cómo tus pensamientos son solo como las olas del mar: dejas que aparezcan, que perduren, que rompan y desaparezcan. Tú solo observas, no te…». (Y se escucha: «Muy bien. Para finalizar, respiramos profundo y lento tres veces…»). Joder, otra, otra, otra vez más, otra vez más… Estás dormido en la sala de espera de la vida…

X: Lo siento, pero me parece un autoengaño. Es absurdo. Obviamente si todo te va mal vas a querer buscar una autojustificación, y esa autojustificación puede ser pensar que nada de lo que hay ahí fuera es importante y que la felicidad reside en la paz interna.
Y: El autoengaño es precisamente lo que hay ahí fuera.
X: Eso es lo que tú piensas porque las cosas no te van bien. Si tuvieras buenos estudios, buen trabajo, dinero, amistades, sexo frecuente, tiempo libre para tus gustos, conocimiento, etc., no dirías que esa vida no es suficiente.
Y: Esa vida es insuficiente.
X: Sí, seguro.
Y: A mí me lo parece.
X: ¿Tener todo lo que quieres te parece poco?
Y: Eso es lo que tú quieres. Yo me quiero a mí y a mi vida.
X: Menudo autoengaño.
Y: El mundo podría, sencillamente, no existir más allá de mi mente. ¿Qué necesito más allá de ella?
X: Eso es una visión muy egoísta y además no das ninguna justificación racional.
Y: Nada de lo que tú has dicho es racional. Viviendo en un sueño unos buenos estudios supondrían haber indagado sobre alguna mentira; un buen trabajo, haber desperdiciado el sueño haciendo algo que no sirve de nada; el dinero, un consenso de uno consigo mismo para esclavizarse a sí; el sexo, ¿con un ente fantasmagórico que yo habría inventado?… ¡qué puede haber peor que eso! Y en cuanto al tiempo libre, ¿en qué lo emplearías tú? 
X: Esto es absurdo. Tú crees que le doy más importancia a esto de la que en realidad le doy.
Y: Sé que no le das tanta importancia, pero aun así puede estar afectándote emocionalmente. Igual que en los sueños ves cosas de ti que no sabías que te importaban tanto… De nuevo, considera el caso en que este fuera uno de esos sueños. ¿Qué harías en tu tiempo libre? ¿Acaso no cambiarías nada?
X: Si no supiera que es un sueño, no cambiaría nada.
Y: Pero ahora ya lo sabes… Si fuera un sueño lúcido, dime qué harías..
X: ¿Un sueño lúcido…?

Futuro:

Mi identidad es difícil de descifrar por mí mismo
en el presente. Y no confío en ti para que sí lo hagas porque sé que lograrás
algo mejor: lo que yo no puedo imaginar. ¡Qué arrogancia te inunda en este
punto, que comparte conmigo, al pensar que hay poco en que pudieras mejorar en
el futuro! Claro que no me refiero al conocimiento; soy consciente desde hace
mucho de que ahí siempre hay algo que aprender. Hablo de valores morales. Como
persona. Como individuo. Como seres vivientes. Ni tú ni yo sabemos quién
seremos en el futuro, porque, si no, el futuro ya sería presente. Hágase
énfasis en la humildad… Pero arrogancia es la mía al ver lo mucho que
progresé. Y lo mismo decía hace meses, y bien no veo en sí más que retraso y
estupidez. Tú, supongo, también considerarás mi progreso algo modesto. Es lo
que la naturaleza humana te confirió. Y mira que sabes. Y te hablo como si no
supieras. Patético soy. Es inversamente proporcional lo que sabemos y lo que
queremos enseñar a los demás… y si te quiero enseñar mucho es precisamente
porque no sé absolutamente nada. Patético. Pero mejor. Descifra. ¡Y cuánto amor
en mi interior! Soy yo… Cristian. Joder, reconóceme. Por favor. No quiero que
este día que ya no es se pierda así. ¡Jamás! ¡Jamás el 17 de julio de 2020
volverá a ser! ¡Y yo lo traté como uno más!

Así. Así esperabas tu futuro. Así… Sabiendo. Descifrando a un yo pasado, muerto, podrido, del que compartimos pocas células. Qué me une a él… Lo mismo que me une al yo de un sueño. Qué me une a sus deseos… Lo mismo que a los deseos de mi yo en sueños… Y cómo me uno a él yo: como un sueño futuro, una expectativa, un espectro en el que se deposita alguna confianza. Y cómo me uno a sus deseos: como los deseos del ente de un sueño. Yo soy un sueño para ti. Tú para mí. Tus deseos soy yo en un sueño lúcido. Mis deseos eres tú en un sueño lúcido. El futuro y el pasado son lo mismo, querido yo. Querido yo… Pero nadie se escapa. Escriban un diario: es un viaje permanente al futuro. Y a la propia muerte.

Tú y yo nos damos pocas veces cuenta de que estamos en un sueño. Pocas veces lo vivimos como viviríamos el poder cumplir la felicidad transversal de todos los seres. Sí, porque…

Y: Ahora, el hecho de creer que tu vida es un sueño y los demás no existan no quita que quieras la felicidad de todos los seres.
X: Si yo no existo para ti, ¿para qué te vas a preocupar por mí?
Y: Escúchame. Imagina un sueño lúcido en el que va a hacerle el amor a alguien.
X: A ver por dónde me sales ahora.
Y: Es un ejemplo de lo más típico respecto de lo que alguien querría hacer en un sueño lúcido, ¿no?
X: No sé, quizás sí.
Y: Venga ya, no me seas puritano. ¿Qué prefieres que ocurra en un sueño, tirarte a la actriz de tus sueños, o sufrir pesadillas en las que te persiguen?
X: Que sí. No te pierdas, tía.
Y: El caso es que en el sueño la otra persona no existe.
X: Ya.
Y: ¿Qué te quitaría de violarla?
X: ¿Cómo?
Y: Que qué te quitaría de violarla.
X: No entiendo a qué viene eso.
Y: El hecho de que la otra persona no exista no significa que vayamos a querer hacerle daño, ¿no? Este es un ejemplo: no vas a violar a nadie aun cuando solo formara parte de tu mente. 
X: Qué ejemplos más raros pones.
Y: El caso es que tú en el sueño querrías tener sexo consentido, no simplemente por placer físico.
X: Digo yo, dado el caso. Pero me he perdido.
Y: Vamos a ver, te has olvidado de lo que estábamos hablando, ¿o qué?
X: Que no porque los demás no existamos para ti significa que vayas a hacernos daño. Y me estabas diciendo por qué.
Y: Exacto. ¿Te ha servido el ejemplo?
X: Que sí, illa, que no voy a violar a ninguna mujer en ningún sueño.
Y: Pero es que además hay otro motivo muy distinto, teniendo en cuenta que esto solamente nos quitaría de hacer daño a otros. El caso es que incluso en un mundo que creyéramos que fuera producto de nuestra propia mente, el altruismo tendría no solo sentido, sino que debería ser uno de los ejes principales de la vida.
X: Si ayudas a los demás también te van a ayudar, más o menos, aunque sea un sueño; supongo que te refieres a eso.
Y: Esa es la faceta obvia, sí. Ya sabemos que se construye más con la generosidad y el intercambio humano que con el egoísmo y la guerra. 
X: ¿Entonces cuál es la no obvia, sabelotodo…?
Y: El hecho de que la felicidad de uno reside en su paz interna. Y esto se alcanza siempre y cuando no se tenga un ego desmesurado… ¡A un ego desmesurado en un sueño controlado por su mente le puede ir tan mal o peor que en su propia vida! Yo diría que, de hecho, siempre peor.
X: ¿Y eso?
Y: Los tormentos mentales cristalizarían como no lo hacen de forma tan inmediata en esta vida… Sería hacer cumplir las propias inseguridades y temores del subconsciente no ya de forma mental, sino materialmente. Dudo que una tal persona pudiera siquiera llevar una vida hedonista en ese mundo. No se lo permitiría a sí mismo. Sería como…

Z: Al final siempre acabas hablando de las mismas cosas, tío. Ahora me vas a decir que lo peor del mundo es amar a una ilusión, a un subproducto de la mente…
T: ¿Por qué piensas eso?
Z: Es lo que siempre dices después de hablar de esta película.
T: Esta película tiene mucha más chicha, ¿eh? Pero bueno, quitando eso, que ya sé que es un tema muy manido en este lugar…
Z: En qué lugar…
T: En este. ¿Dónde estamos?
Z: No lo sé.
T: ¿Tú existes?
Z: No sé, tú sabrás.
T: Cada vez que vea a una persona le voy a preguntar eso. ¿Te imaginas que algunas personas existen y otras no? Eso haría todo mucho más complejo, incluso. Tendrías que indagar quiénes son personas y quiénes son apariencia de personas. Seguro que uno se llevaría sorpresas…
Z: Conmigo, por ejemplo, según tú.
T: No lo creo. Por cierto, ¿tú has mirado a un reloj alguna vez durante un sueño? Dicen que en los sueños no se ven las cifras que aparecen en él, de forma que es una buena manera de despertar en un sueño lúcido, pero yo siempre veo horas concretas… 
Z: No sé, no lo había pensado.
T: Bah, quizás sea un bulo.
Z: No lo sé.
T: ¿Tú existes?
Z: No sé, mira en tu reloj.

Sueños: ¿Eres una persona? No, no sirve mirar el reloj. ¿Eres una persona? Déjame, déjame descubrirlo…

¿Y qué ocurre cuando en un sueño te enseñan cosas que no sabías que existían? Mientras conversas, puedes incluso llegar a hacer una pregunta, en espera de una respuesta de la otra persona, y que su respuesta te sorprenda. ¿Cómo es posible que te sorprenda algo que tú mismo estás generando? Es como si te sorprendiera una jugada que hicieras al jugar ajedrez contigo mismo… Es imposible que el otro pueda saber que va a decir algo que tú no sabes, cuando el otro y tú sois uno solo en el sueño… pero el caso es que ocurre. Como en la vida despierta… ¿Y cuando en un sueño traman algo que tu desconoces y ni te esperas…? Sí, yo tenía por ahí un sueño suelto en el que ocurría algo así. A ver si lo encuentro.

13/8/21

Yo, mi madre, mi hermano. Vamos andando. Es una mezcla de un túnel en que vamos con un coche, un pasillo de un centro comercial, y el paseo marítimo de … Aparece de repente por un lugar … No llego a saludarla, haciendo como que no la he visto. Era un lugar en que no me esperaba encontrar a nadie del instituto. Vamos marchando los tres, a gran velocidad, y ella, siguiéndonos sin que yo la vea, de forma muy astuta. De repente, tenemos que pararnos por algún motivo. Entonces están no solo ella, sino también …, y alguna más, que no sé si era … o … Las tres tienen una mirada de odio. Las saludo alegremente, en mi ignorancia. (¡Cómo es posible que yo sea ignorante en el propio sueño que yo mismo, y nadie más que yo mismo, en teoría, estoy generando! Esto es sospechoso). De repente, y como le hicieron a …, me veo rodeado por todos lados de gente de mi instituto. Ellas tres los habían conducido hasta allí, previamente informados por … ¿El motivo? Mi presunta hostigación a *. (¿Será un mal presagio?). El caso. Van mostrándose cada vez, uno a uno, mis capturadores. Mi madre y hermano esfumáronse. No veo a nadie que pueda ayudarme. Comienzan a gritarme. Por haberme enamorado de ella, y haber llegado a considerar que ella me amaba, y actuar como tal, tratando de gustarle. El caso más potente es el de … Él utilizó la fuerza física. Llegó a apalearme, literalmente. Patadas, puñetazos, etc. Intenté entre los grupos que mirábanme, todos en contra mía, justificarme y encontrar algunos aliados. Y poco a poco fui consiguiéndolos, en verdad. En el sueño pensé cómo * había sido tan cruel. Quise hablarle por …, que era por donde también nos habíamos comunicado en todo el sueño. Hubo un juicio. Una jueza, adulta, oficial, era quien me condenaba. No recuerdo el resultado. Solo que escaló el sueño a uno distinto. Un ejemplo de cómo quise poner de mi parte a mis enemigos. …, que había sido una de mis principales, como dije, acabó yendo un rato conmigo a andar por el recreo, en círculos. 

Un sueño en el que no aparece una persona, pero todo gira en torno a esa persona. En el que todos me tienden una emboscada que yo no espero. Pero, además, eso era algo gestado de antes, pues durante minutos fui perseguido por … sin que yo ni siquiera sospechase que algo malo pudiera ocurrir. 

Mediodía: D: ¡Oye, perdona! ¿Esas bicicletas pesan mucho?
C: ¿Perdón, es a mí?
D: Sí, claro. ¿Pesan mucho esas bicicletas?
C: Esto… bueno, si es la primera vez que las coges sí, pero después uno se acostumbra.
D: Ah, vale.
(Segundos más tarde…)
D: ¡Ay, qué calor hace! 
C: Jeje, sí.
D: Ay…

D: ¡Oye, perdona! ¿Esas bicicletas pesan mucho?
C: ¿Perdón, es a mí?
D: Sí, claro. ¿Pesan mucho esas bicicletas?
C: Esto… bueno, si es la primera vez que las coges sí, pero después uno se acostumbra.
D: Ah, vale.
(Segundos más tarde…)
D: ¡Ay, qué calor hace! 
C: Jeje, sí.
D: Ay…
C: Esto, no sé por qué, pero, el caso es… me ha resultado extraño el modo en que me has hecho la pregunta.
D: ¿Lo de las bicicletas?
C: Sí.
D: Bah, era un pretexto.
C: Ah… claro. Hasta luego.

D: ¡Oye, perdona! ¿Esas bicicletas pesan mucho?
C: ¿Perdón, es a mí?
D: Sí, claro. ¿Pesan mucho esas bicicletas?
C: Esto… bueno, si es la primera vez que las coges sí, pero después uno se acostumbra.
D: Ah, vale.
(Segundos más tarde…)
D: ¡Ay, qué calor hace! 
C: Jeje, sí.
D: Ay…
C: Esto, no sé por qué, pero, el caso es… me ha resultado extraño el modo en que me has hecho la pregunta.
D: ¿Lo de las bicicletas?
C: Sí.
D: Bah, era un pretexto.
C: Conque un pretexto, ¿eh?
D: Claro.
C: ¿Y para qué usar pretextos? Uno debe ir directamente a lo que quiere ir…
D: Tienes toda la razón… esto, encantada. Nos vemos.
C: ¡Nos vemos!

D: ¡Oye, perdona! ¿Esas bicicletas pesan mucho?
C: ¿Perdón, es a mí?
D: Sí, claro. ¿Pesan mucho esas bicicletas?
C: Esto… bueno, si es la primera vez que las coges sí, pero después uno se acostumbra.
D: Ah, vale.
(Segundos más tarde…)
D: ¡Ay, qué calor hace! 
C: Jeje, sí.
D: Ay…
C: Esto, no sé por qué, pero, el caso es… me ha resultado extraño el modo en que me has hecho la pregunta.
D: ¿Lo de las bicicletas?
C: Sí.
D: Bah, era un pretexto.
C: Conque un pretexto, ¿eh?
D: Claro.
C: ¿Y para qué usar pretextos? Uno debe ir directamente a lo que quiere ir…
D: Yo lo quiero todo.
C: Entonces, las palabras, ¿de qué sirven? El mundo no se creó para hablar. No estoy de acuerdo con la tipa del sueño ese: ¿cómo que dejar de hablar para lo práctico…? Yo no quiero hablar, yo quiero…
D: ¡Saber!
C: ¡Saber, eso es! Me has…
D: leído…
C: la mente…
D: Yo quería…
C: … esta conversación. Lo tengo.
D: Te tengo.
C: ¿Y si no existo?
D: Yo te recuerdo…
C: Pero…
D: Para mí, existes. Para mí, existes. Es suficiente.
C: Y tú, para mí… 
D: Lo sé…
C: Pero aunque para ti yo exista, si yo no existo…
D: Tú existes aquí y ahora. 
C: Y si morí…
D: Moriste… Pero aquí estás… Aquí… aquí…
C: Aunque solo sea un espectro de tu mente, querida…
D: Lo eres… lo eres… pero no importa… ahora he venido aquí…
C: Y aquí tus memorias se hacen realidad…
D: Sí… querido… porque el pasado y los sueños lo mismo son…

Muerte: Qué, si, incluso estando muerto, uno sigue viviendo un eterno sueño, como si todo el espacio tiempo se concentrara en unos segundos de diferencia entre la muerte corporal y la cerebral… El tiempo es una magnitud completamente relativa de la velocidad: ¿por qué no iba a serlo, siendo una noción conceptual nuestra respecto de la realidad, también relativa a la actividad cerebral…? Sofisterías, sofisterías. Ni sé de física, ni se de psicología. Ahora bien, solo sé que ni la física explica la presencia de miles de millones de estrellas en el universo, ni la psicología de miles de millones de neuronas en el cerebro… Aun así, cierto es, cuidado con estudios pseudocientíficos que traten de telepatía… cuidado… cuidado… cuidado… cuidado… cuidado… cuidado… cuidado… cuidado… cuidado… cuidado… cuidado… cuidado… cuidado… Sí, seguro: cuidado… cuidado… 

    Hagámosla algo más divertida, entonces. Por qué no. ¿Por qué no iba a ser tu vida el recuerdo de tu propia vida? ¿Una alucinación como la de un sueño, solo que, en lugar de durmiendo, estando muerto…? ¿Demasiado complejo y enrevesado? ¡Y qué no lo es! Esa intuición científica de que todo debe ser lo más simple posible… ¡qué mentira! ¿Por qué…? Claro está que, generalizando… Pero, pero, pero ¡y cómo vas a negar la unicidad de todas las interacciones en, al menos las 4 fuerzas físicas…! Ya… Bah… esto no solucionaría nada. Vuelvo… Si solo estamos en el sueño de nuestra propia muerte, ¿cómo fue nuestra vida…? ¿Por qué fue nuestra vida…? No hay escapatoria. No la hay. Siempre que no haya un conjunto vacío… La respuesta que da el budismo: ¡qué insatisfacción! Ni concepto, ni anticoncepto. Ni ser, ni no ser. Simplemente, el medio. Como ya dije en algún momento de este año… 

Cómo conciliar el camino espiritual y toda la importancia que le da al amor con que los demás fueran proyección de uno mismo… En realidad, esto último no es más que una forma conceptual de expresar uno de los extremos. Realmente es claro, intuitivo, como una intuición moral de que hay que hacer el bien, el que la cuestión resida en medio. Ni ellos no existen, ni existen completamente. Ni yo existo, ni no existo completamente. 

Y luego me quejo amargamente…

¿Y de veras se puede quedar uno tan pancho diciendo que todo existió siempre…? ¿De verdad no les parece lógico que debería haber un no ser en lugar de un ser? Pero a su vez, cuando pienso en un no ser, de alguna forma pienso en el ser vacío, que es. Remontarse al no ser absoluto es… Es completamente imposible. Sin espacio ni tiempo. Porque si existiera, sí, un espacio vacío infinito en el tiempo, seguiría uno preguntándose de dónde surgió. Pero es que el extremo contrario del no ser absoluto ni siquiera puede ser concebido.

Y ni siquiera te quejas de ese camino de en medio… ¿De veras se puede quedar uno tan pancho diciendo que las cosas, ni son, ni no son? Es como descubrir el 0,5 entre el 0 y el 1. Amigo: todavía te quedan todos los demás números racionales, todos los reales, todos los complejos y… ¡no pares de contar! La realidad, ¿qué? ¿Divaga entre los infinitos números de la recta real? ¿De la imaginaria…? Bah… Incluso algo esperanzador en el mundo de las matemáticas, que no consideran en Stalker: ¡los números imaginarios! Nada. Un par ordenado. Un conjunto algebraicamente cerrado. ¡Mierda! Yo quiero, yo quiero, yo quiero… Yo quiero… un capricho… El capricho de que el mundo sea más extraño aún. Porque es tan aburrido y extraño a la vez…

 Reencarnarme. Ayudar a todos los seres de todo el espacio y de todos los tiempos. O simplemente vagar como un fantasma, qué terror. Vagar en torno a un mismo lugar. Preferir la pesadilla a la nada… cosa de poetas… cosas que los budistas no pueden comprender. Que uno vague eternamente en Samsara de forma voluntaria, consciente, solo por ese capricho: sustituir la felicidad por llevar la razón, por hacer cumplir un solo capricho… Menudo sueño. Menudo sueño… Y miren que la película tiene mucho de mala, pero algo transmite. Porque el ser humano anhela incluso a sabiendas de permanecer en una pura banalidad… Pero disuélveme. Disuélveme…

Ver películas que nadie ve, insoportables, lentas, aburridas. Luego, en la conversación, en la fiesta, cuando todos hablan de cine, ¿qué digo yo? ¿Les recomiendo a Tarkovsky, a Kim Ki-duk, a Ron Fricke…? A vosotros, fantasmas de mis sueños os hablo, os pregunto… 

Silla: Ahí, meses, Asimov, Mises, Platón, Marco Aurelio, Hayek: no verme más que en el espejo de Keynes, silla flácida y caída donde los músculos se atrofian brillando al sol; derivadas, latín, griego queridos… Pero yo huelo el griterío del pijama, el olvido cierto del acantilado fructífero, dulce; veo la inocencia cruda, crudísima de la arrogancia, a la par que ternura del aspirar teórico. Un día cualquiera, como el 8/3 de 2020: Esta noche tuve en mente siempre Hayek y Mises… que noche más rara jeje. Bueno, antes de nada te hablaré de la sensación que experimenté ayer por la noche tras escribir esto y leer el libro de Mises. Bueno, cuando lo tuve delante me imponía autoridad, y leí una página y entendí poco. Comprendí que ese era un libro diferente: tenía que estudiarlo como ningún otro libro antes. Por cierto que el 7/3 que según los budistas multiplica el karma, ¿qué hice, qué hice…!

Johann Sebastian Bach – Concerto for Oboe d’amore in A major (BWV 1055)

Sergei Rachmaninoff – Symphony 2 Op.27 III: Adagio

Latín: Fantástico 8/3/2021: Recuerdo estar en clase de educación física, en un día soleado, en que me preguntaba el profesor no sé qué cosas que creo no fui capaz de responder. Es enternecedor. Ver esos días tan particulares; qué bellos; qué recuerdos. Rosa de los vientos, Rachmaninoff, Latín, crepes, Bismarck, ContraHistoria, bañera, Tres Sombreros de Copa, Trigonometría, Flipped Classroom, Juan Valera, Human Action, Sol, té, economía, ayuda a las chicas, yoga, Wall Street Wolverine, Coronavirus, Vectores, Camino de Servidumbre, Asimov, Platón, Breve historia de la literatura, Mitología, Griego, playa, mar, familia, Caravana, Latín, matemáticas, filosofía, Esquilo, abuela, amor platónico, … y luego … …, embobamiento, septiembre, patrimonio, Aristóteles, ética, y cambio… 

Sergei Rachmaninoff – Piano Concerto No. 2 (II Mov.)

Qué nostalgia. Nada volverá. Carpe diem, sin más… Qué hermoso.  Qué vida. Qué cómodo. Historia, eso, pérdidas de tiempo, bellas artes, Málaga y sus lecturas en confinamiento, historia, de nuevo, ¿por qué tantos recuerdos buenos dame historia? El vídeo… Literatura, Jesús G. Maestro, Ernesto Castro, Don Quijote… Ay, lo reciente y lo pasado: de qué diferentes perspectivas obsérvanse… Oh… Aprovéchese, Dios santo. En todo esto y en … Oh. Qué dolor, ¿eh? Y lo peor, tengo ganas de un futuro sin vivir el presente, siendo tal futuro para vivir un pasado que no volverá, y en que recordaré con sincerísimo amor mi presente. Qué hermosura. Estoicismo. Lectura. Amor. Amigos. Superación. Ay… Ay… Me muero así… Ay, que esto me mata aún más que Amor. ¡Cosa posible es esa? Dios santo, fuerte ha de ser si mayor que mi amor. Y fíjate que prefiero el dolor por amor, que tiene más remedio, que el amor por pasado que no retornará, que remedio no tiene más que olvidar… ¡Anda! Pero si mi yo querido de dieciséis años escribía por mí. Por mí… Mi yo querido. Como si ese fuera yo. Ese yo que describe como tan lejano un levantarse pronto, a las 5 de la mañana, para un estudiar querido… Ese yo que recuerda o cree que recuerda o que soñó esa estancia en el balcón, cada onda de luz revolucionando el interior de su fina piel, deseo de solapamientos cuánticos… Y casi un año más tarde la tracción motora de un primer y malísimo, malísimo, malísimo poema, casi escrito en sueños…:

Camisa
blanca (18/6/21)

Mil planetas, una estrella, y un
arpa.
Brillas, tomando por objeto mi alma;
¡una luz! Y el oro…
    Nieve, ¡y qué llama la enciende!
Ay, ¡ay! Y solo… e imposible:
infinita melodía, muerta
solo en tu noche.

Es una imagen ya borrada. Como en ese maldito pueblo. Como en ese malditamente hermoso verano. Pesadilla deliciosa de mitad de un año consumido en la memoria de un sueño de entre los miles de una sola noche…

Astor Piazzolla- Oblivion (For Piano, Cello and String Orchestra)

Pero, para qué, para qué cuando el máximo dolor se sentía… se sentía rozando las ideas de una virginidad frágilmente expirante en forma de ese cuerpo de cristal, en cada nota, en cada Luna llena, en cada… El sueño más largo que jamás viví, el sueño que todos debéis vivir vez alguna. No todo es creerse vivo… también puede uno esperar un rato en la antesala del despertarse… Terror es el pozo del querer despertar cuando no es la hora. Ya llegará…

Tomaso Albinoni –  Adagio piano

No sé qué es esto. Aún no acabé. Aún no acabé. Pero voy a dormirme. A soñar. ¿Y eso cómo se hace? Surrealistas, Aristóteles: ¿Por qué creéis los psicólogos que la investigación sobre los sueños comenzó en el siglo XX? Como si no hubiese despertado Tartini de su sueño con las ideas más claras que uno puede tener sobre la vigilia… ¡Como si la humanidad no pudiera bastarse por sí misma para descubrir cosas! No, os necesitan a vosotros. Sí. Seguro. Explicádmelo. Explicadme qué es la vida. Explicadme qué es el pasado. Explicadme qué es el presente. Explicadme qué es el futuro. Explicadme qué es la muerte. Ya, luego, hablamos de los sueños. 

Filósofos, físicos, metafísicos. Habladme antes de los sueños. Explicádmelos. Hacedme entender qué hacen ahí. Por qué. Explicadme los sueños lúcidos. Explicadme el control de la realidad. Ya, luego, hablamos del tiempo. 

Felices sueños. Que sueñes con los angelitos, querid@.

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